jueves, 28 de abril de 2011

Rosas

Las rosas de mi abuela no son como las demás, tienen algo especial, algo muy mágico.
 Al llegar a su casa, el jardín nos recibe con hermosas rosas de todos los colores y el viento amable nos hace llegar su aroma, delicioso, fresco. 
Mi abuela siempre me dice que las más bellas son las rosas blancas, como nosotras, en todo el sentido. Yo le creo.

miércoles, 27 de abril de 2011

Temblores e insomnio

Por segunda vez desde que vivo aquí, sentí un temblor. De esas veces en que en lugar de  salir y seguir las instrucciones que te enseñan desde que eres pequeño, te quedas inmóvil, te dejas mecer por el movimiento de la tierra, ves todas las cosas a tu alrededor moverse contigo y por un momento sientes desafiar al peligro.

Por primera vez desde que vivo aquí, tengo insomnio. En toda la semana no he dormido o mejor dicho, no he descansado. De esas veces que ya es madrugada y no tienes sueño (lo cual es bastante útil cuando tienes mil cosas qué estudiar) hasta que te das cuenta que es demasiado tarde y dices: Iré a dormir, pero no porque realmente quieras sino por simple rutina. Extrañamente te duermes enseguida, pero pasados 20 minutos te despiertas, vuelves a dormir, a los 15 minutos te despiertas de nuevo, y así toda la noche.

Al siguiente día tratas de despertar pero parece imposible, tienes que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder levantar tu cuerpo de la cama, abrir los ojos y decidirte a enfrentar el mundo. Y sin duda, lo más difícil es esto  último.

viernes, 22 de abril de 2011

Jueves

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De esos días que sientes algo en el alma. 
Y no sabes si es un nudo o simplemente un vacío.

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lunes, 18 de abril de 2011

Cuenta cuentos

Quiero contarles un cuento que muchas veces no cuento por miedo a que si se los cuento piensen que cuento puros cuentos. Y si ustedes piensan que sólo cuento puros cuentos, cuando les cuente  algo que no sea un cuento es posible que crean que son puros cuentos, cuando en realidad lo que les cuento no sea más que contarles lo mala que soy contando cuentos. Así que mejor no les cuento el cuento que quería contarles.

viernes, 15 de abril de 2011

La alegre melancolía de la lluvia

Hoy llovió por primera vez en esta primavera.
El sonido del agua cayendo me trae muchos recuerdos, me tranquiliza, me produce nostalgia. 
Mientras que el olor a tierra mojada me embarga de una felicidad inexplicable. 

Digamos que la lluvia me pone en equilibrio con el mundo.

viernes, 8 de abril de 2011

Y la costumbre...

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Nunca he dejado de extrañarte, sólo me he acostumbrado a tu ausencia...

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lunes, 4 de abril de 2011

De Cartas, Amor y Cenizas

La muerte de mi abuelo fue un golpe muy duro para toda la familia, pero sin duda,para mi abuela fue un golpe muy fuerte, más fuerte de lo que todos creíamos. Meses después de haberlo perdido cortó su vestido de novia, regaló cosas de mi abuelo, otras las vendió y no dudo que unas cuantas las haya tirado, supongo yo, que en un intento para tratar de olvidarlo, para lograr de alguna forma borrarlo de su corazón, para desaparecer cualquier evidencia de su existencia y para borrar recuerdos de todo aquello vivido juntos.

Pasó el tiempo y mi abuela nunca más ha vuelto a ser la misma, aunque sonría y me abrace, aunque me mime y me llame como lo hace desde que soy niña, siempre noto esa huellita de tristeza en su rostro, ese rostro al que dicen  que me parezco tanto, con la bella nariz y labios finos.  A veces parece distante, mi tía cree que nunca nos pone atención, pero yo sé que en esos momentos, cuando mira en la lejanía o cuando parece estar escuchándonos, en realidad está pensando en él. Es algo que yo también hago, tal vez me lo haya heredado. Las dos solemos perdernos de pronto, es algo que está en nuestra naturaleza, viajamos en el tiempo, en los recuerdos, tenemos un alma libre (no sé si tenga qué ver que las dos somos Acuario) solamente que en ella la edad hace más notorias sus huidas.

Hoy mientras caminábamos por la ciudad me contó que mi abuelo le escribió muchas cartas y que un día las encontró, eso sonó tan maravilloso que estaba a punto de decirle que me las enseñara cuando dijo: "Entonces las quemé todas, sólo me quedé con 2 ó 3".  Sentí que se me partía  el alma, imaginé las letras, las palabras, imaginé los sentimientos involucrados en cada una de ellas, imaginé la historia que pude haber escrito (sin duda una muy bonita), me imaginé a mi abuelo enamorado, con su pluma y el papel, me imaginé a mi abuela leyendo por primera vez cada una de ellas, la emoción (que nunca he tenido) de recibir una carta, de responderla, de esperar la respuesta. Todo eso reducido a cenizas. 

Prometió enseñarme las cartas que aún conserva. Empieza a contarme una vez más esa historia que ya me sé de memoria, esa de la playa cuando sólo quería echarse al mar después de que él le dijera si quería ser su novia, del miedo que sintió y de cómo aún era muy joven para abrir las puertas al amor... alguien la interrumpe, tenemos que cruzar la calle, la tomo del brazo... después me pregunta del clima y de la escuela; seguimos caminando, miramos los edificios  y  luego  noto esa mirada lejana, esa mirada que yo también me sé de memoria.

sábado, 2 de abril de 2011

Dos de Abril

Vivo en la calle Dos de Abril, como el día en que aquellos jóvenes se amaron, como el día en que el sol decidió salir con más intensidad.


Vivo en la calle Dos de Abril, como la fecha en la que la lluvia apareció por primera vez en ese año, como la tarde en la que decidimos despedirnos para no vernos más.


Vivo en la calle Dos de Abril, esa calle de la nostalgia, de la esquina de los recuerdos, en el número 365, como los días que he estado sin ti.